¡Qué revuelo! De San Isidro a los ángeles modernos
2023, mayo 20
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¡Qué revuelo! De San Isidro a los ángeles modernos
Los ángeles le hacían el trabajo a San Isidro. Es un hecho que siempre ha despertado la desconfianza de los impíos. Seguro que, a ellos, San Isidro les correspondería con la misma moneda falsa de la incredulidad. ¿O es que acaso el Santo, si alguien le hubiera dicho que, andando el tiempo, vendrían unos ángeles del siglo XXI a hacernos el trabajo a los actuales habitantes del planeta, se lo hubiera creído? Seguro que no.
Ni siquiera hacía falta que llegara el siglo XXI. En pleno siglo XX ya existían esos ángeles trabajadores, no tan concienzudos, pero sí más tercos, ruidosos y chatarreros que los que araban los campos para San Isidro, mientras él aprovechaba el tiempo en cosas mucho mejores, como pasarse el día rezando.
¿Pues qué otra cosa han sido las lavadoras y los lavaplatos en las casas modernas sino unos ángeles mecánicos y sin alma que trabajan mientras las amas de casa y los amos de casa se dedican a otros menesteres, desde rezar, sin son algo píos, hasta ver una serie de Netflix o el mismo “Sálvame tomate”, que podría coincidir con ese horario en el que resuenan con alegre “raanc-raanc” los lavaplatos de toda Europa a la vez?
Sí, ¡descreídos! Ya hace tiempo que tenemos ángeles mecánicos, ángeles sin alma, que hacen mucho de nuestro trabajo sin que ni siquiera les demos las gracias, y mucho menos les comparemos con aquellos maravillosos ángeles trabajadores del siglo XII en los alrededores de Madrid.
Y eso que la incredulidad ha ido decreciendo, aunque parezca lo contrario. España era hasta hace 60 años una sociedad agraria, donde resultaba poco creíble cada novedad de la que nos enterábamos. Pues, ¿no reaccionaban incrédulas las amas de casa cuando se les decía que llegarían unas máquinas que les ahorrarían mucho del trabajo del hogar? La reacción siempre era de descreimiento o de achacar esas cosas al demonio, tan propio de los americanos, con su país lleno de sectas variopintas, como muy bien señalaba el cura de Villar del Río en Bienvenido Mr. Marshall. Si, ni siquiera, nos creíamos que los extranjeros usaran servilletas de papel, o que no mojaran el pan en la salsa (¡pero ¡qué tontos! ¡pero si es lo más rico! solía decirse…).
Pues sí. Pero he dicho que los ángeles mecánicos no tienen alma, incurriendo, probable e implícitamente, en herejía, como si los ángeles de verdad la tuvieran. Es algo que no tiene sentido: los ángeles son espíritu puro y pueden cruzar paredes incluso: hacer ¡chas! y aparecer a tu lado Pero, ¡quien me manda a mí meterme en intrincados problemas teológicos…! (por cierto, para los descreídos: los escolásticos nunca debatieron sobre cuantos ángeles podían bailar en la punta de un alfiler; ese supuesto debate era solo una manera que tenían sus enemigos de escuela teológica para ridiculizarlos…)
El caso es que ya vamos camino de ángeles materiales y con alma a la vez. Los últimos acaban de llegar a nuestras vidas y ya están pegados a nosotros. Y no, no estoy hablando de los ángeles custodios, que esos los hemos tenido al lado desde el nacimiento, ni ángeles o arcángeles que lleven nombres tan bonitos como Gabriel, Rafael o Miguel, No. Se trata de otros ángeles con nombres horrendos (¡que los ángeles me perdonen!) como Chat GPT o Bard. O, también, tl’dv, Yatter+, Glasp, ChatABC, etc.
Esos son los ángeles de la Inteligencia Artificial que ya han llegado a nuestras vidas. ¡Y pensábamos que todos los ángeles estaban listos desde el inicio de la creación! Pues no señor. Lo mismo que la creación sigue en marcha con la expansión del Universo, que sigue creando materia de la nada, estamos en una fase nueva de aparición de ángeles nuevos, de la misma clase de ángeles trabajadores que ayudaron a San Isidro.
El problema, por ahora, es que el primero de esos ángeles Chat GPT ha resultado un poco faltuco, aunque promete que con el tiempo no será una Eglantine torpona.
Yo mismo, aprovechando estas fiestas de Madrid, le he pedido a Chat GPT que hiciera la Newsletter financiera por mí y, efectivamente, la hizo, pero el resultado fue una Newsletter en que se mezclaban datos de distintos años como si fueran los del día anterior. Un caos…
Pero no hay que desesperar. Las nuevas generaciones de ángeles trabajadores serán mucho más potentes y estarán a la altura de los de San Isidro, que no necesitaron versiones diferentes de sí mismos para hacer los surcos derechos: Chat GPT es, por ahora, como si los ángeles le hubieran labrado a San Isidro los campos en espiral o en líneas onduladas o quebradas.
Pero todo mejorará. Incluso viviremos el equivalente a aquella rebelión de los ángeles encabezados por Satán que desafiaron a su creador. Europa les tiene ya tanto miedo que va a dosificar la aparición de los nuevos ángeles como a ella le gusta: con mucha normativa (la normativa es el vade retro Satán preferido de la Unión Europea). De ahí que nos termine viniendo todo de América, como en aquellos “buenos tiempos” del queso y la leche en polvo: ángeles que conducen solos tu coche o tu camión; ángeles que se rebelarán y ángeles que vendrán de China cargados de adivinanzas bajo el brazo y en forma de I Ching.
Mientras tanto, a nosotros solo nos queda irnos partiendo los tobillos con esos ángeles de ras de suelo, los Roomba i7, que barren solos y malamente, y que parecen más peonzas que ángeles trabajadores propiamente. Y así, hasta que llegue el día de la singularidad y haya que elegir entre ángeles buenos y ángeles malos, y expulsar a éstos a las tinieblas exteriores, como ya está haciendo Europa preventivamente. Al fin y al cabo, es el mito del eterno retorno. También fue expulsado Satán en su día igual que fueron expulsados los gigantes y titanes del Olimpo, si hemos de creer a Hesíodo y Apolodoro. Aunque casi prefiero los ángeles de Alberti:
Ángeles con cascabeles
arman la marimorena,
plumas nevando en la arena
rubí de los redondeles.
La Virgen de los caireles
baja una palma del cielo.
¡Qué revuelo!
Parecen más fiables, con mucho, los ángeles de la guarda. Pero no se nieguen a dar la bienvenida a esta nueva hornada de ángeles trabajadores y hagan lo posible por no disgustarlos: dentro de poco estaremos en sus manos.
P.S. Como hay más gente amante de las metáforas, acabo de descubrir este artículo que también trata de los nuevos Dios y el diablo (en la tierra del sol):
OpenAI CEO Predicts AI Will Someday Give Birth To Twins, Their Names Will Be God And Satan