2024, marzo 9
Ayer asistí a la presentación, no pública aún, de un libro de mi compañera y amiga del Ministerio de Economía, Hacienda y Comercio (eso sí que era un ministerio…) de los años 1980s, Carmen Fuente Salvador.
El libro es una biografía que atraviesa buena parte del siglo XX (va de 1911 a 1966) y en ella se desarrolla la vida de María Jesús Castilla y Polo, una mujer decidida y valiente, maestra vocacional a la que las circunstancias nada favorables de la época solo le permitieron desarrollar esa vocación a salto de mata, no arredrándose ante nada, lo que la llevó a enseñar lo mismo en una escuela del Tetuán de 1937 (entonces perteneciente al Protectorado español) que en el Trujillo de poco después, hasta, tras múltiples peripecias, regresar de nuevo al protectorado marroquí entre 1956 y 1958, dar clase a niños marroquíes y españoles en Xauen y en Tetuán (como en su primera etapa de 1937) justo antes de que el protectorado se integrara en un Marruecos independiente.
Entretanto María Jesús Castilla se casó y tuvo un hijo, pero no desaprovechó ninguna de las ocasiones que se presentaron de regresar a ejercer su profesión, aunque fuera a costa de separarse dolorosamente de sus dos familias, la que había dejado en Madrid (madre y hermanos pequeños) y la de su marido y el niño, arriesgándose a estar sola, en tiempos tan peligrosos como eran los años 1930s-1950s, tanto en el Norte de África, primero, como en las dos postguerras (la civil española y la Segunda Guerra Mundial) así como en las luchas en Marruecos por su independencia.
Como dice la autora de la biografía, eso sí que era empoderamiento “avant la lettre”, e impulso de afirmación feminista mediante la cláusula de que “el movimiento se demuestra andando”. Y, añado yo, eso sí… y no las mojigangas con las que nos quieren embelesar en los tiempos recientes y presentes.
Cuando Carmen, la autora, me habló de su libro, lo primero que pensé fue en las ganas de leerlo. Después se le ocurrió a Carmen la idea de que participara de manera activa en la presentación y sugirió que lo hiciera en verso y en román paladino (recuérdese del bachillerato “el que suele fablar el vulgo con su vecino…) a lo que accedí gustosamente.
Las líneas que siguen son el fruto de mi esfuerzo versificador, inicialmente con todo el rigor que exige el soneto para ello y, después, con una métrica algo más libre.
Incluyo una foto de la portada del libro “Maestra de Vida” que, por ahora, solo está en edición limitada. El 17 de mayo, y si Dios quiere y el tiempo no lo impide, se hará la presentación de una nueva edición por “Padilla Libros” (que es la que se pondrá a la venta) en Sevilla.
Ni que decir tiene que las facetas de la vida de María Jesús Castilla son mucho más abundantes (e interesantes) que lo mencionado aquí. Entre esas facetas hay que destacar dos: su labor como historiadora/investigadora en el Archivo de Indias, donde era una habitual en su etapa de vivir en Andalucía (en Cortegana, provincia de Huelva y en Sevilla) y, también, el que fuera adorada por quien fue su alumna de primaria Ana María Matute, que se reencontró felizmente con el hijo de la biografiada muchos años después de que María Jesús hubiera tenido un papel importantísimo en la vida de la famosa escritora española.
Las investigaciones de María Jesús Castilla y Polo llevarán al lector a aventuras americanas del siglo XVIII que casi nadie podría haber imaginado que existieran. Y a como investigadores de EEUU dan mucha importancia a cosas que, nosotros, por exceso de historia, solemos tratar de manera negligente. Por suerte María Jesús Castilla se las había tomado muy en serio.
Y aquí va mi granito de arena con tres sonetos: uno a la generación de los que inauguraron el siglo XX; otro a la autora del libro y un tercero a la biografiada.
Después van unas sevillanas, sin música, aunque (ataque de optimismo) pronto la tendrán.
SONETOS
A la generación de nuestros padres y a los tiempos,
tan duros (el nacer del siglo XX) que vivieron
(soneto con pre-estrambote)
De los tiempos pasados ¿qué se hicieron?
Y, también, de las cosas que admiraron
¿Qué pensaron de los hijos que tuvieron?
¿Que tuvo esa generación bendita?
Que no encontró reposo en esta vida
Pero mantuvo la cabeza erguida
A pesar de las luchas y las cuitas
Qué libre reflexión se necesita
Contra mucha opinión establecida
Que no encuentra piedad, tan dirigida,
Como es, desenfocada de partida.
No es muy fácil ponerse en sus zapatos
Con los tiempos tan duros que vivieron.
Sin duda, los juzgamos, inmediatos,
Cuando éramos jóvenes punteros.
Ahora aquí ya quedamos cuatro gatos
Viendo fluir el tiempo pasajero
A Carmen Fuente, la autora
Doña María Jesús, maestra de vida,
En este libro Carmen Fuente canta
Y, sin lugar a duda, se decanta
Por lo que fácilmente el tiempo olvida
No teme que la llamen atrevida
Por indagar en tiempos de Carpanta
A Carmen pocas cosas hay que espantan
Y así se ha sumergido decidida
A pergeñar un libro fabuloso
Que quiere disfrutemos al abrigo,
Sin reparar en gastos enojosos
Y así nos convertimos en testigos
Propagandistas más que numerosos
Ya de María Jesús Castilla amigos
A Doña María Jesús Castilla y Polo
Doña María Jesús, tan cristalina
Se volvió donostiarra en un instante
Después fue madrileña, aunque inconstante,
Y a la vez andaluza y mallorquina.
Conoció del amor la medicina
Ofrendada por un doctor constante
Que peló con destreza alucinante
Naranjas que le trajo de la China
En Tetuán dio a moros y cristianos
La gozosa y tenaz sabiduría
Que entre onubenses repartió su mano
La evocan con enorme simpatía
Los niños que ahora son todos ancianos
Ella se hizo querer: ¡despunte el día!
Por sevillanas
Amanece muy pronto en Cortegana
Y María Jesús Castilla se dice
Vuelve a Triana, vuelve a Triana.
Vuelve a Triana, niña
Vuelve a Sevilla
A llenar todo el patio de maravillas
No te apures mujer que allí te espera
El Archivo de Indias con polvareda
Haz estudios del santo martirizado
Qué malos los comanches, dales de lado
Qué buenos los apaches ¡quién lo diría!
Que casi se arrancaban por bulerías
No le pusiste pegas a ir a Trujillo
A educar a mayores también a niños
A los conquistadores, que no esperabas
Y en tu nueva familia muy cerca estaban
Que recuerdos tan buenos tienes de Palma
Dejas por donde pasas trozos del alma
Tienes también nostalgia de los madriles,
Donde casi cumpliste los quince abriles
En Donosti querías ver a tu niño
Salir de tus entrañas y haciendo un guiño
Que momentos tan malos todos pasamos
Especialmente tú, entre tantas manos
Te ataban a la vida, ¡Jesús, que susto!
Ahora está aquí tu hijo y todos a gusto
Y aunque no conociste a las feministas
De este siglo tan lleno de arribistas
Fuiste “la mujer fuerte” como otras Carmen
La de “la Laforet” y quien hoy nos abre
Nos abre sus salones sin gran prejuicio
Con ricas viandas que quitan el juicio
Aquí acaba la historia de la Señora
Castilla y Polo, ejemplo de historiadora
También de mujer fuerte ante tanto lío
Sin perder la sonrisa y el poderío
María Jesús Castilla y Polo
María Jesús Polo y Castilla
He visto relucir tu nombre
Entre sevillanas y seguidillas
Muy ingeniosos tus sonetos. Siempre ha habido luchadoras, muchas veces anónimas y desde luego alejadas de la mojiganga que citas. Un placer leerte.
Gracias Juan Ignacio por este derroche de empatía, inteligencia y creatividad. María Jesús Castilla debe de estar regocijándose en el más allá y nosotros, desde acá, estamos entusiasmados con que alguien de tu calibre se haya sumado tan activamente al coro de admiradores de la "Maestra de Vida"