El Imperio de la tensión de los sentidos
Mucha gente se queja (yo también) de que, desde que se compraron coche y dejaron de ir en autobús y en Metro, casi dejaron de tener anécdotas que contar. Ni Rafael Rafael Azcona, ni Arniches, ni Miguel Mihura, ni “los Quintero” hubieran sido lo que fueron sin ese oído atento a cómo veían el universo los demás.
Aunque todo el mundo se ha vuelto mucho más pacato y moderado (se habla menos y en tono menos vocinglero) aún es posible oír conversaciones más que jugosas porque en los cafés, bares y terrazas aún hay que elevar la voz para poder entenderse.
El mayor de los dos decía: Yo no pienso votarle nunca al PP.
- Pero, replicaba el otro, no te parece que un pacto PP/ PSOE sería lo más adecuado para un momento como este en que solo ellos dos quieren aumentar el gasto en defensa
- ¡Pues no!
- Pero no me has estado alabando tú la coalición alemana posterior a las elecciones.
- Sí, pero aquí eso es imposible, porque además gobernaría el PP.
- No veo yo por qué no. En Alemania también presidirán el gobierno los conservadores.
- Sí no fuera “este PP”, sí. Pero con él no.
- ¿Y eso por qué?
- Porque es franquista
- ¡Anda! ¡Vaya respuesta! No acepto tu marco mental pero, hagamos como si lo aceptara… ¿De dónde crees que vienen los conservadores alemanes?
- ¡Ah! no sé.
- Sí lo sabes. De sobra lo sabes. De una derecha travestida que antes era nazi o que les apoyaba en mayor o menor grado. ¿No me dirás que los conservadores alemanes surgieron por generación espontánea?
- Ja ja ja, pues tal vez sí.
- Y la democracia cristiana italiana, ¿qué? ¿Nació por generación espontánea o la trajo una cigüeña de París? ¿O es que puso un huevo la mafia?
- Todo podría ser… 😂 Pero ellos se arrepintieron treinta años antes. No como VOX, que sale del PP…
- Y ¿no recuerdas que la policía francesa estaba infiltrada de elementos que habían colaborado con los alemanes? Por citar uno: Maurice Papon, era el jefe de policía cuando la matanza de argelinos en el París de 1961, y aún era ministro del presupuesto en Francia en 1981, coincidiendo con el tejerazo…
- ¡Ah! Ni idea de eso. En cualquier caso, eran elementos aislados…
El camarero vino con la cuenta (llegaba el cambio de turno) y les cortó la discusión.
¡Hay que ver lo oportunos que pueden ser los camareros para evitar que la sangre llegue al río…! Aunque la pareja discutidora sabía contener los debates cuando aumentaba la tensión y empezaban a repetirse los argumentos. Además de que, a pesar de que se veía que eran viejos sesentayochistas, con los años habían terminado por asumir el viejo lema de Monseñor Escrivá de Balaguer (hoy elevado a los altares) cuando aconsejaba a sus seguidores: “no discutáis. De la discusión no suele salir la luz porque la apaga el apasionamiento”.
Pero, la verdad, a estos dos, no se les veía muy apasionados.
El camarero se alejó y el debate tomó otros derroteros.
(Prepárese el lector porque lo que viene ya no son banales discusiones políticas, por lo que tendrá que prestar más atención a lo que lee).
Ahora se trataba de adivinar quien había sido más promiscua si Agripina o Mesalina.
Aquí las diferencias salieron a la luz apenas cruzadas dos frases.
Aunque al menos había un acuerdo básico: que Agripina era hermana de Calígula y madre de Nerón, mientras Mesalina había sido la mujer de Claudio, todos ellos emperadores de la familia Julio-Claudia que ocuparon el poder entre los años 41 y 68 después de Cristo poniendo punto final a esa dinastía.
- No me fastidies que vas a comparar a la madre de un emperador con la consorte de otro.
- Pues naturalmente que sí, porque te olvidas de que las dos terminaron casándose con Claudio.
- Pero, vamos al grano, ¿por qué dices que Agripina era más promiscua que Mesalina?
- Porque según los historiadores del momento, poco fiables siempre (digamos que eran sobre-cogedores, como mucho tertuliano de hoy en día) Agripina tuvo relaciones incestuosas con su hermano Calígula y se prostituyó con miembros de la corte.
- Ya, pero con todo y con eso, los escándalos de Mesalina eran mucho más sonados.
- Pues porque de Agripina se le ha dado poca importancia al hecho de que se casó en terceras nupcias de ella con su tío, el emperador Claudio lo que, por otra parte, a muchos les pareció que le daba un toque de respetabilidad.
- Ja, ja, ja… O sea que tanto ella como Mesalina fueron consortes imperiales en diferentes momentos de la vida de Claudio, con la ventaja en favor de Agripina de que Claudio era su tío además de su marido.
- ¡Tal cual lo dices!
- Pues yo insisto: las que preparaba Mesalina eran de órdago. Se pasaba las noches de desfase total y se dice que llevaba consigo al lecho imperial el hedor del prostíbulo.
- Pero Agripina conspiró para derrocar a su hermano Calígula y, posteriormente, a su hijo Nerón. ¡Era de armas tomar!
- Ya. Pero eso eran picias de otro tipo. Digamos que de orden político. Nada comparable a Mesalina, de la que llegó a decirse que regresaba a dormir, de madrugada, “cansada por la tensión de los sentidos, pero no satisfecha”.
- Pues yo insisto, hay que verlas en sus dos facetas de promiscuas e “intrigantas” (sic). De hecho, ambas terminaron mal por pasarse de rosca conspirando…
Aquí el más joven empezó a desviar la conversación hacia Popea y aquello ya no había quien lo siguiera. Ni siquiera intentando establecer una analogía nemotécnica con personajes de las décadas recientes o de la más rigurosa actualidad. Tras esa conversación, más de uno de los que pudieron escucharla se fue corriendo a la Wikipedia a ver si conseguía aclararse.
Los amigos discutidores tuvieron el buen gusto de no utilizar una de las expresiones más tontas de los últimos 20 años pues ninguno llegó a acusar a estas dos matronas romanas de que fueran: “promiscuas no; lo siguiente”.
Tampoco usaron el superlativo más tradicional de que eran “promiscuísimas” (o “promiscuosísimas”) cosa que podría muy bien haber sucedido veinte años antes de esos veinte años antes.
Ni siquiera despacharon el asunto con esa limitadita manera de poner un epílogo ramplón a un debate otros veinte años más atrás: ¡Estaban locas estas romanas…!